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Para tener una buena lactancia te aconsejamos tomar como mínimo  8 vasos de agua al día y con más razón durante los días de calor. Lo mejor es el agua, debes hidratarte hasta que el color de tu orina sea amarillo pálido o incoloro (sin color). El estado de hidratación de la madre es sumamante importante ya que de esto dependerá su salud y la cantidad de leche producida. Si notas que tu orina es de color intenso y tienes la boca reseca, incrementa la ingesta de líquidos.

No tomes mucho café. Además de provocar un efecto deshidratante sobre la madre, está demostrado que la cafeína, también encontrada en refrescos y en el té, pasa directamente hacia la leche materna. Si  consumes más de 3 tazas pequeñas de café diarias puedes afectar al bebé produciéndole los mismos efectos adversos que padecen los adultos como insomnio, irritabilidad o agitación..

 

No fumes ni bebas

Está demostrado que la nicotina pasa a la leche materna, pero no en niveles que puedan ser nocivos o tóxicos para el bebé. Igualmente los niveles de nicotina que llegan a la leche materna pueden provocarle al bebé falta de sueño y excitación, ya que la nicotina es una droga estimulante. Por eso te recomendamos que en lo posible evites fumar una hora antes de de darle pecho.
El gran problema para el bebé lo representa el humo, ya que según las últimas investigaciones los hijos de fumadores son más propensos y a tener infecciones respiratorias entre otros problemas de salud. Por esta razón te aconsejamos que no fumes cerca de tu bebé ni en su habitación..

                                      

 

Postura

Madre e hijo, independientemente de la postura que se adopte (sentada, acostada...), deben estar cómodos y muy juntos, preferiblemente con todo el cuerpo del niño en contacto con el de la madre. Una mala posición a la hora de amamantar es la principal causa de que  el pecho duela y de que se hagan grietas. La postura ideal es aquella en la que el bebé venga de cara hacia el pecho, es decir, que todo su cuerpo esté orientado hacia la madre, casi barriga con barriga..

El niño debe estar en un punto del brazo tal, que en condiciones normales, sin tocar el pecho, el pezón apunte a su nariz. De este modo, con sólo aproximarse y abrir la boca el bebé podrá agarrarse al pecho dejando el pezón en la parte superior de la boca, que es donde debe quedar. En posición sentada, es conveniente que la madre mantenga la espalda recta y las rodillas ligeramente elevados, con la cabeza del niño apoyada en su antebrazo, no en el pliegue del codo..

La boca debe quedar bien abierta. Si la abre poco es muy probable que coja sólo el pezón y que empiece a ordeñarlo (y eso duele mucho), llegando a dañarlo sí lo hace a menudo. Por esta razón se recomienda tocar un poco la nariz con el mismo pezón, para que el bebé empiece a abrir la boca poco a poco. Si no le dejamos cogerse en el momento, la abrirá cada vez más (mientras cabecea). En el momento en que veamos que la tiene bien abierta introducimos el pezón a la boca a la vez que apretamos un poco a nuestro bebé contra el pecho. La intención es que el bebé introduzca tanto pecho como sea posible en la boca succionando el pezón y parte de la areola.. 

 

A demanda:

 No hay horarios ni pautas estrictas sino que es el bebé es el que decide cuándo y cuánto quiere comer. Puede ser normal que en los primeros meses el niño mame cada hora o menos. Pero cada niño es diferente por lo que no hay que basarse en la experiencia de otros hijos o de los bebés de otras madres. Durante los primeros 15-20 días de vida se ha de ofrecer el pecho al menos cada tres horas para estimular la producción de leche y evitar una bajada de glucosa al niño. La succión y el contacto piel a piel con el bebé son los estímulos principales para la producción de leche.

La duración de la toma la marca el bebé: 

La toma debe durar hasta que el bebé deje espontáneamente el pecho. Algunos niños obtienen todo lo que necesitan de un solo pecho y otros, de ambos. En este último caso, es posible que el bebé no vacíe completamente el último, por lo que la toma siguiente deberá empezar por éste.

Procura que vacíe el pecho:

La cantidad de leche que produce la mujer varía y nos lo indicará las veces que el bebé vacía el pecho al día. La calidad de la leche también varía durante el día y con la edad del niño, ajustándose a sus necesidades. Durante los primeros días, es más amarillenta (calostro) y contiene más cantidad de proteínas y sustancias antiinfecciosas. Más tarde aparece la leche madura. Puede parecer aguada, sobre todo al principio de la toma, porque es hacia el final cuando va aumentando el contenido en grasa. Por eso es tan importante que el bebé vacíe el pecho.

Asegúrate de que succiona bien: 

Una vez que el niño está bien colocado, la madre puede estimular para que abra la boca rozando sus labios con el pezón y, a continuación, desplazar al bebé suavemente hacia el pecho. El niño él tomará más fácilmente si se acerca desde abajo, dirigiendo el pezón hacia el tercio superior de la boca, de modo que tenga que flexionar la cabeza ligeramente hacia atrás para tomar el pecho. 

No lavar los pechos 

Hace mucho tiempo los pechos se lavaban después de cada toma y a las madres se les decía que se pusieran gasas estériles para evitar que la piel se llenara de gérmenes que luego fuera a chupar el bebé. Esto, que además era un auténtico suplicio por ser innecesario, hacía que la piel del pezón quedara seca, tanto, que lo más fácil era que se agrietara. Ahora se recomienda todo lo contrario, una ducha diaria y listo, sin jabón siquiera.

No aplicar cremas ni lociones en el pezón 

A menos que haya algún problema que lo indique, no hay que aplicar ninguna loción ni crema en la areola. Nada de nada. Los tubérculos de Montgomery, que son los granitos que se aprecian a simple vista en la areola, segregan una grasa que lubrifica la misma para proteger de las agresiones externas. Si encremamos la zona estamos impidiendo que hagan su función natural.

La extracción, una opción:

A veces puede ser útil que la madre aprenda a extraerse la leche, para guardarla y que alguien alimente al bebé cuando la madre no pueda hacerlo, o bien para reducir las molestias producidas por una acumulación excesiva de leche en períodos en que el apetito del bebé disminuye, y así evitar que se produzca inflamación y dolor de lospechos. La extracción de leche puede hacerse de forma manual o mediante un sacaleches.

No es necesario utilizar chupón o biberón

 

 Con la lactancia materna es suficiente: 

Durante los primeros 6 meses de vida no hay que dar agua ni otros líquidos. Es suficiente con la leche materna y a demanda libre.